Trayendo Vida a su suelo
¿Qué es SOLÖAMINO?
Es un Abono Orgánico Liquido de pescado con alto contenido de aminoácidos libres y biológicos; un complejo de sustancias orgánicas que nutren y estimulan todos los micro organismos benéficos presentes en el suelo y en las plantas, promoviendo y generando un ambiente de alta productividad y calidad en las cosechas.
SOLÖAMINO es un producto complejo, cuya formulación contiene macro y micro-nutrientes orgánicos. Fuente de carbono orgánico, rico en aminoácidos y enzimas totalmente disponibles para las plantas, mejorando la translocación de los nutrientes absorbidos, promoviendo mayor uniformidad de maduración, tamaño, calidad y resistencia de los frutos.
Se elabora con pescado fresco de diferentes especies, tanto de mar como de río, lo que contribuye en la diversidad de nutrientes del producto final, logrando una gran variedad de vitaminas, aminoácidos, enzimas y hormonas de crecimiento. Esta mezcla nos asegura la consistencia de la calidad del producto día tras día y año tras año.
Además contiene proteína, calcio y aceite omega 3 de pescado. Puedes ver las increíbles mejoras tanto en pastos como en cultivos!!
Juntamente con una reducción en el uso de fertilizantes acidificantes, SOLÖAMINO estimula la actividad microbiana del suelo, el crecimiento de lombrices, escarabajos peloteros y hongos micorrícicos, reduciendo y recuperando suelos degradados.
SOLÖAMINO es un antifúngico natural que estimula la resistencia a un amplio espectro de patógenos, hongos e insectos.
Con el uso regular de SOLÖAMINO se consigue controlar de forma satisfactoria las poblaciones de pulgones y ácaros, controlando y reduciendo asimismo las poblaciones de nematodos cuando aplicado directo al suelo.
SOLÖAMINO reporta excelentes resultados en todo tipo de agricultura y horticultura, de pastos a leguminosas, frutas y vegetales. Excelentes resultados tanto en jardinería como en agricultura a gran escala!!
Comprobaciones científicas demuestran que SOLÖAMINO aplicado vía foliar es diez veces más efectivo que otros métodos de fertilización.
Composición biológica
Microorganismos del suelo y de las plantas y su impacto en la producción agrícola.
Un suelo vivo presupone la presencia de varias formas de organismos interactuando entre sí y con los componentes minerales y orgánicos del suelo.
Esta vida en el suelo está representada por su biomasa, que en total, representa de 5 a 10 % de materia orgánica en su composición. Parece poco en relación de cantidades, pero si observamos con más atención, 1 g de suelo posee una infinidad de bacterias, actinomicetos, protozoos, algas y hongos.
Un número próximo a 1 Billón de individuos agrupados en cerca de 30.000 especies, lo que representa una enorme biodiversidad. Un verdadero mini mundo, con el poder de mantener las condiciones del suelo en perfecto estado para promover actividades agrícolas.
Proceso Productivo
¿Pescado como fertilizante?
El uso de pescado como fertilizante se remonta a la era de las pirámides de Egipto, donde los agricultores utilizaban los desechos de pescado oriundo del río Nilo para proporcionar la fertilidad necesaria para sus cultivos. Más recientemente, en el siglo XVI, indios norteamericanos fueron observados colocando pescados enteros en el suelo, en sus plantaciones de maíz y calabazas, objetivando mantener sus cosechas más productivas, con un crecimiento rápido y saludable, siendo este uno de los primeros relatos de la utilización de abonos siendo aplicados directamente en los cultivos. El complejo conjunto de substancias orgánicas y de microorganismos presentes en este abono, nutre y estimula todos los microorganismos benéficos presentes en el suelo y las plantas, promoviendo y generando un ambiente de alta productividad y calidad que se refleja significativamente en la cosecha.
Componentes y Beneficios
¿Y porque el suelo es importante para los agricultores y el medio ambiente?
Un mundo entero que nos alimenta vive bajo nuestros pies. Un suelo sano mantiene una gran cantidad de materia orgánica compuesta por lombrices de tierra, bacterias buenas, hongos y otra infinidad de microorganismos que trabajan juntos para ayudar fundamentalmente a la producción agrícola.
Cuando la vida del suelo está desequilibrada o desprotegida, se vuelve difícil para estos constructores naturales del suelo realizar sus funciones fundamentales, lo que se refleja en cultivos más pequeños y agricultores cada vez más dependientes de fertilizantes químicos y pesticidas, lo que resulta en mayores costos con menor productividad.
La construcción de ecosistemas ricos, diversos y saludables en el suelo es una práctica fundamental para la agricultura intensiva.
Por lo tanto, cuidar el suelo es una de las formas más fundamentales de aumentar el rendimiento de los cultivos y preservar los recursos naturales.
SUELO VIVO:
Lombrices de tierra: Crean canales vitales en el suelo, distribuyendo agua y nutrientes con su desplazamiento y alimentación. Estos canales permiten que la lluvia penetre en el suelo, despejando el camino de regreso de las raíces de las plantas. Las heces de su alimentación contienen ácidos húmicos de fundamental importancia para el buen desarrollo de las plantas.
Residuos: La paja de cultivos anteriores actúa como invernadero, ayudando a retener la humedad del suelo, suprimiendo las malezas y previniendo la erosión, además de ser un stock de nutrientes que serán consumidos gradualmente por los microorganismos, proporcionando el ciclo sobre energético natural.
Microorganismos: Los principales son las bacterias y los hongos, son los trabajadores verdes del suelo, forman un mundo particular de diversidades e interacciones complejas, se sabe poco sobre ellos, pero su papel está bien resaltado como desintoxicación y ciclo de nutrientes, alimentos y controlador de nematodos, agentes fundamentales en la desalación por fertilizantes químicos. En la parte sanitaria, se destaca que cuando existe un desequilibrio, como en el caso de algunos nematodos u hongos como el fusarium, la agricultura se vuelve cada vez más costosa y menos productiva. Los probióticos son la única solución.
Abono verde: Con el fin de mejorar la salud del suelo, los cultivos de cobertura proporcionan fertilizante natural para el suelo, evitando la erosión y aumentando la biodiversidad de microorganismos. Además crean poros en el suelo para una mejor infiltración del agua.
SUELO MUERTO:
Suelo desnudo: Sin ningún residuo ni recubrimiento, estando totalmente desprotegido contra los elementos (sol, viento y lluvia), resulta en grietas y zanjas donde se forman rápidos de agua, volviéndose compactos y duros. En el periodo sin lluvias se puede comparar más con el hormigón que con el suelo en sí. Las raíces de las plantas no pueden llegar al agua, con lo cual las plantas no crecen de forma eficaz. En cambio, la capa superior, a menudo con correcciones químicas (encalado, enlucido y corrección de macronutrientes) corre en las inundaciones, perdiéndose de los cultivos y contaminando manantiales y ríos.
Erosión: A menudo se produce por suelo desnudo y desprotegido. Elimina toda la parte superior y rica del suelo, desplazando a arroyos y ríos cercanos, puede tener impactos como problemas de salud en peces y algas y otros animales silvestres.
Aumento cíclico de productos químicos: Con el suelo perdiendo su parte “natural” de la biodiversidad microbiológica y la falta de diversidad de cultivos, la fertilización química se vuelve cada vez más frecuente y en escalas crecientes. Los pesticidas cada vez más fuertes y peligrosos, acaban con toda la vida presente en las plantaciones, destruyendo el medioambiente y contaminando el agua, dejando que el agricultor gaste dinero cada vez más en aparatos tóxicos que destruyen su entorno a costos elevados y disminuyen la productividad gradualmente requiriendo cada vez más fertilizantes para mantener la producción.
Plagas: Es más probable que los insectos o las malas hierbas invadan el campo cuando el ecosistema del suelo es demasiado débil para defenderse. Es la verdadera guerra de adaptación. Cuando se quitan los alimentos naturales y se desequilibra el ciclo, no solo los insectos sino también las plagas invisibles (bacterias y hongos) hacen que el cultivo y la preservación de la vida en los campos de cultivo sea casi imposible.
SOLÖAMINO equilibra su sistema.